martes, 27 de julio de 2010

Juguetes / Toys

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Eduardo y yo, hace unos años, nos perdimos en un mundo de juguetes y jugueteros. Daban ganas de quedarse allí. Éstas son algunas de las instantáneas que tomamos.
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Some years ago, Eduardo and I got lost in a world of toys and toymakers. We could have stayed there forever. These are some of the snapshots we took.



































Todas las imágenes son copyright de Enrique Alcatena

lunes, 19 de julio de 2010

Kwaidan (4)

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El "descensus ad inferos", el "descenso al infierno", es una de las pruebas insoslayables que el héroe debe realizar en toda epopeya que se precie de ello, la prueba tremenda de la que saldrá templado para hacer frente a lo que los dioses o el hado le tengan preparado. Virgilio, Dante y Milton han creado infiernos atrozmente inolvidables y sobrecogedores. En nuestra arrogancia, también quisimos Eduardo y yo que nuestro héroe visitara las regiones infernales que el budismo japonés ha poblado de endriagos y tormentos, el tenebroso Jigoku. En él preside Emma, el juez de las almas, y su corte de amanuenses y letrados siniestros. Particularmente llamativos son los dos consejeros a cada lado de su estrado: una cabeza cercenada roja e iracunda, que señala los crímenes y pecados de las almas comparecientes, y una cabeza blanca y plácida, que contabiliza las virtudes.
The "descensos ad inferos", the "descent into Hell", is the unavoidable test that the hero must undergo in every full-fledged epic, the tremendous test from which he will emerge shriven to face whatever the gods or Fate have yet in store for him. Virgil, Dante and Milton have created atrociously memorable and awesome hells. In our arrogance, Eduardo and I also wanted our hero to visit the infernal regions which Japanese Buddhism has peopled with demons and torments, the Jigoku. There presides Emma, judge of souls, attended by his fearsome scribes counselors. Particularly outstanding are the ones at each side of his dais, two severed heads; the first one, red and truculent, brings up the sins and crimes of the souls on trial; the second, white and placid, their virtues.




































Todas las imágenes son copyright de Enrique Alcatena

lunes, 12 de julio de 2010

Kwaidan (3)

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Las escenas de "sumo" están dedicadas al amigo Loris Z. Los "kappas" de la última imagen, al amigo Brian Marini.
















Todas las imágenes son copyright de Enrique Alcatena

martes, 6 de julio de 2010

Kwaidan (2)

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En estas páginas aparece el fiero Fudo Myoo, uno de los Cinco Reyes de la Sabiduría en el budismo esotérico del Japón. La imagen belicosa de este dios, con su espada en la diestra y la cuerda para atar a los demonios en la otra mano, me resulta particularmente sugestiva. Es común en el budismo esotérico o tántrico el aspecto paradójicamente terrorífico de estas deidades benévolas, protectoras de la fé y enemigos de las fuerzas malignas. Fudo, el Inamovible ( porque resiste firme los embates del mal) era la divinidad tutelar de los yamabushi; sus torvas imágenes, usualmente flanqueadas por las de sus dos denodados asistentes, solían encontrarse en los parajes más agrestes de las montañas, o junto a recónditas cascadas.
In these pages fierce Fudo Myoo, one of the Five Kings of Wisdom in Japanese esoteric Buddhism, rears his ugly head. I find the bellicose icon of this god, with a sword in the right hand and a coil of rope to bind demons in the left, particularly suggestive. It is common to find in esoteric or Tantric Buddhism benevolent deities with paradoxically terrorific aspect. Fudo, the Immovable (because he resists unshaken the onslaught of evil) was the patron divinity of the yamabushi. His fearsome images - usually in the company of those of his redoubtable assistants- are found in the wilderness, on the side of mountains or close to waterfalls.



















Todas las imágenes son copyright de Enrique Alcatena

martes, 29 de junio de 2010

Kwaidan (1)

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Shankar en Japón... Shankar y los "yamabushi", los "guerreros de la montaña", ascetas budistas practicantes de la magia, discípulos de los montaraces "tengu", maestros de esgrima y encantamientos. En la última página empleé las dos imágnes más populares de estos extraños seres como elemento decorativo: la primera, con rasgos humanos, pero con larguísimas narices; la segunda, con cabeza de pájaro; ambas, vistiendo el atuendo característico de la secta a la que nos referíamos. He llamado a esta sección "Kwaidan", literalmente "historia de fantasmas" en japonés, porque esta saga de Shankar rescata muchos elementos del imaginario sobrenatural de esa tierra. "Kwaidan" es también el título de uno de mis libros favoritos, escrito por Lafcadio Hearn y cuya primera edición es de 1904, en el que el autor recopila antiguas historias japonesas de índole fantástica. El notable film del mismo nombre, dirigido por Masaki Kobayashi y estrenado en 1964, es la asaptación cinematográfica de algunos de esos relatos.


Shankar in Japan... Shankar and the "yamabushi", the "mountain warriors", Buddhist ascetics wise in sorcery, disciples of the cantankerous "tengu" of the wilderness, masters of swordsmanship and magic. In the last page I used the two most polpular depictions of these creatures as a decorative element: the first one, man-faced but with very long noses; the second, bird-headed; both, donning the characteristic garments of the sect we have mentioned. I've called this section "Kwaidan", literally "ghost story", because this Shankar saga borrows heavily from Japanese supernatural lore. It is also the title of one of my favourite books, written by Lafcadio Hearn and first published in 1904, which is a collection of traditional fantastic tales compiled by the author. A remarkable filmed version of some of these stories was directed by Masaki Kobayashi and premiered in 1964.



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sábado, 26 de junio de 2010

Gil Kane

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Es curioso ver cómo muchos de los grandes artistas de la llamada Edad de Plata del cómic norteamericano, verdaderos clásicos cuya obra es siempre recordada con admiración y afecto, se mostraban descontentos con respecto a sus logros. Tal el caso de Carmine Infantino, y también el de Gil Kane. Para ellos, era un trabajo, nada más, de escaso valor artístico. En el último gran reportaje que Kane diera al Comics Journal, confiesa que nunca llegó a concretar una obra que lo justificara como artista, limitado como se sentía por su escasa formación cultural ( al menos, en su juventud, ya que en su madurez se encargó de educarse, y se convirtió en un charlista brillante y provocativo), y los apremios económicos que lo obligaban a producir una cantidad excesiva de páginas por mes.
Su verdadero nombre era Eli Katz, y había nacido en Latvia. Sus padres emigraron a Estados Unidos cuando él era un niño de corta edad, y fue en ese país donde el joven Eli desarrolló su carrera. Dibujó mucho y de todo, pero su fama se cimentó cuando, bajo la dirección del editor Julius Schwartz, y con guiones de Gardner Fox y John Broome, creó para la DC a Linterna Verde y Átom. Insatisfecho con el género de superhéroes ( a pesar de que su estilo encajaba perfectamente con el talante del género), a fines de los '60 fue precursor de la autoedición y lo que más tarde se llamaría "novela gráfica" con el policial "His Name is... Savage" y la fantasía heroica "Blackmark". El fracaso comercial de estos proyectos le obligaron volver al "mainstream", donde permaneció activo hasta su muerte en enero del 2000.
Pero como ya lo expresé con respecto a Infantino, a veces la obra sobrevive a pesar de su autor. Y aunque Kane renegara un poco de sus criaturas, Linterna Verde y Átom siguen deslumbrándonos. La maestría de sus escorzos dramáticos, su dinámica idealización de la figura humana, su capacidad narrativa, hacen que vuelva una y otra vez a este gran artista.



It´s curious how many of the great artists of the Silver Age of American comics, whose work is nowadays both admired and hallowed, were quite dismissive of their attainments. Such is the case with Carmine Infantino, and with Gil Kane as well. They regarded what they did as a job, with little artistic value, if at all. In the last great interview he gave to the Comics Journal, Kane confesses he never managed to trascend his limitations as an artist, hampered as he was by his lack of an early education ( something he redressed as a grown up, when he became an omnivorous reader and turned into a brilliant, provocative conversationalist), and economic straits which compelled him to turn out an excessive number of pages and covers every month.
His real name was Eli Katz, and he was born in Latvia; his family migrated to America when he was a child. As a young artist, he found a place in the burgeoning comics industry, drawing a lot, handling every genre. But his moment came when, under the tutelage of DC editor Julius Shwartz, and with scripts of Gardner Fox and John Broome, he designed and illustrated Green Lantern and the Atom. Unsatisfied with superheroes -though his style was perfectly suited to the genre- in the late '60's he was a forerunner of self-publishing and the "graphic novel", with the noir "His Name is ...Savage" and the epic fantasy "Blackmark". They didn't make it, and he was forced to return to the "mainsteam", where he remained active until his death in January, 2000.
As I wrote in my article on Infantino, sometimes the work lives on, no matter what the author felt about it. And though Kane was critical about his Green Lantern and Atom, they still dazzle us. His dramatic use of foreshortening, his dynamic idealization of human anatomy, his narrative expertise, make Kane a source of constant inspiration.
































Todas las imágenes son copyright de DC Comics

jueves, 24 de junio de 2010

¡Kaiju! (Coda)

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